Como os dije el otro día en clase hay que desconfiar, en general, de los supuestos estudios estadísticos que pretenden demostrar la relación causa-efecto entre la genética y la inteligencia, sobretodo cuando los presentan los beneficiados por la conclusión. En todo caso se puede encontrar una correlación entre estas características y otras causas reales (como la pobreza, la falta de recursos y de oportunidades asociadas al nivel socioeconómico). Algo relacionado con esto aparece en esta entrevista del minuto 3:30 al 5:00
Entrevista a Phillip Zimbardo (Redes)
Además de ser interesante por lo dicho anteriormente, en esta entrevista se habla de dos experimento psicológicos muy importantes del s. XX: el de la prisión de Stanford y el de Milgram.
Quizás penséis que todo esto de confundir causa-efecto con correlación es cosa de iletrados en matemáticas o esto de relacionar la capacidad con la genética (o la sangre como se decía antes en la aristocracia) es cosa del pasado pero en 2013 se publicó un artículo en Science que defendía esto. En el siguiente enlace podéis leer al respecto:
Las teorías genetistas de las desigualdades (V. Navarro)
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